Chilenas en Deuda

Por Lilian Vidal Asenjo (Hija Invitada) Michelle Bachelet es la primera mujer en ser presidenta de Chile y, actualmente, la única de su rango en el continente americano. Su llegada a La Moneda el año 2006 se suma a las once mujeres que ocupan los máximos puestos de poder político en el mundo. Sin embargo, el triunfo de Bachelet en Chile no se puede atribuir directamente a la conquista de las mujeres organizadas del país. El movimiento feminista chileno, en el último encuentro nacional (2005), aún se debatía acerca de incidir en el terreno de la política contingente o mantenerse al margen del sistema.
Fue la trayectoria y el perfil personal de Bachelet los que captaron el interés de la opinión pública, expresada en encuestas. La propuesta de la presidenta socialista, candidata de la coalición de partidos donde cogobierna la conservadora Democracia Cristiana, prometió un gobierno más cercano a la ciudadanía y a sus derechos, anunciando modificaciones para apoyar la participación, la paridad, los derechos sexuales y reproductivos en forma de Ley. Luego de un año de su mandato estas propuestas no logran traspasar el nivel de trámite en que se mantienen. Entre los derechos reproductivos, el aborto terapéutico no ha conseguido reponerse desde fines de la dictadura de Pinochet (1989). Hoy en día, las mujeres que abortan son penalizadas, lo que lleva a que se realicen cerca de 160 mil abortos clandestinos al año. Sólo se ha conseguido acceder a la “píldora del día después” por medio de su compra en las farmacias.
Las campañas públicas hacia la mujer enfatizan su situación de víctima de la “violencia intrafamiliar”, del abandono o del Sida. Es permanente el llamado en materia de igualdad, pero la participación en el mundo político, sigue igual que hace medio siglo. En 1952, habían dos senadoras, cifra que hoy se mantiene exactamente igual.
En tres décadas de neoliberalismo económico en Chile el Estado ha sido privatizado, generando más excluídos sin distinción de sexo. Es dentro del panorama de una sociedad con las peores distribuciones de la riqueza en América Latina, que el tema de igualdad de género pierde relevância frente a otras preocupaciones como la calidad de la salud pública, la inequidad en la educación y la explotación en el trabajo. Problemas que, así como las promesas de igualdad para la mujer, también se encuentran pendientes y en deuda.
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Chilenas em Dívida

Michelle Bachelet é a primeira mulher a ser presidente do Chile e, actualmente, a única mulher a presidir a um país do Continente Americano. A sua chegada a La Moneda (Palácio Presidencial no Chile) em 2006 junta-se às onze mulheres que ocupam o mais alto cargo político no Mundo. Contudo, o triunfo de Bachelet no Chile não se pode atribuir directamente a uma conquista das mulheres organizadas no País. O movimento feminista chileno, no último encontro nacional (2005), ainda debatia entre incidir no terreno da política contingente ou de se manter à margem do sistema.
Foram a trajectória e o perfil pessoal de Bachelet que captaram o interesse da opinião pública, expressa nas sondagens. A proposta da presidente socialista, candidata da coligação de partidos onde comparticipa a conservadora Democracia Cristiana, prometeu um governo mais próximo da cidadania e dos seus direitos, anunciando modificações para apoiar a participação, a paridade, os direitos sexuais e reprodutivos em forma de lei. Passado um ano de mandato estas propostas não logram passar o nível de trâmite em que se mantêm. De entre os direitos reprodutivos, o aborto terapêutico legal não se repôs desde o fim da ditadura de Pinochet (1989). Hoje em dia, as mulheres que abortam são penalizadas, o que leva a que se realizem cerca de 160 mil abortos clandestinos por ano. Só se conseguiu aceder à “pílula do dia seguinte”, podendo esta ser comprada nas farmácias.
As campanhas públicas dedicadas à mulher enfatizam a sua situação de vítima de violência doméstica, de abandono e da Sida. É permanentemente evocada a igualdade mas a participação da mulher no mundo político é exactamente igual àquilo que era há meio século. Em 1952, havia duas senadoras, cifra que hoje se mantém igual. Em três décadas de neoliberalismo económico no Chile o estado foi privatizado, gerando mais excluídos sem distinção de sexo. É no seio de um sociedade com as piores distribuições da América Latina, que o tema da igualdade de género perde relevância perante outras preocupações como a qualidade da saúde pública, a iniquidade na educação e a exploração laboral. Problemas que, como as promessas de igualdade para a mulher, também se encontram pendentes e em dívida.

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